jueves, 12 de mayo de 2016

Clasificación de los apellidos




1.      Procedentes de oficios
En este grupo encontramos muchos apellidos relacionados con la Iglesia, la nobleza, el ejército, la artesanía, el comercio, la agricultura, etc. El origen de los apellidos de cargos eclesiásticos se entiende que se pusieron en diversas circunstancias: personas muy beatas, castas, que habían sido monaguillos o con alguna relación de parentesco con un cargo eclesiástico.
En cuanto a los apellidos relacionados con cargos nobiliarios, en su mayoría se trataba de motes o apodos, pero también se utilizaban para las personas que servían a estos cargos o que tenían un parecido físico con ellos; pero en ningún caso se utilizaban para los hijos legítimos de reyes o duques.

2.      Procedentes de aplicaciones onomásticas (hechos relativos al nacimiento, bendiciones, consagraciones…)
Estos apellidos se ponían con la intención de ser una fórmula de buen augurio a quien los portaba, pero también entran dentro de este grupo los apellidos que se corresponden con el mes de nacimiento del niño/a que se bautizaba.

3.      Toponímicos
Son aquellos apellidos que derivan de un topónimo. Nombres de lugares de donde procedían, vivían o poseían tierras determinadas personas o familias.
Muchos de estos apellidos van precedidos de la preposición "de", "del", "de la" o simplemente son
gentilicios.
Dentro del grupo de los apellidos toponímicos, debe hacerse una distinción, para que podamos diferenciar entre los llamados topónimos mayores y los topónimos menores. Los topónimos mayores son los directamente relacionados con una ciudad, villa, pueblo o, pero también los relativos a accidentes orográficos, como ríos o montañas.
Los topónimos menores son aquellos que no tienen un nombre concreto, pero están referidos a accidentes geográficos. Son apellidos como Ríos, Montaña, Puerta, Murillo, Alameda, etc. Una parte de los estudiosos incluyen entre los apellidos toponímicos procedentes de topónimos menores a aquellos que derivan de nombres de partidas o zonas de un pueblo, con lo que incluyen entre los apellidos toponímicos a muchos apellidos que nosotros consideraremos por separado.
Los apellidos toponímicos son muy abundantes en español. Por ejemplo, casi el 80% de los apellidos navarros y vascos, en particular aquellos que siguen a un sobrenombre. Por tanto, podemos decir que los apellidos toponímicos son muchísimo más variados que los patronímicos aunque en conjunto usados por menos personas que éstos.
Podríamos clasificarlos según:
-Apellidos de nombres comunes de núcleos de población: Barrios, Plaza, Villa, Calles…
-Apellidos de nombres comunes de edificios y construcciones: Torre, Corral, Castillo, Iglesia, Puente, Fuente, Cabaña…
-Apellidos de accidentes geográficos: Segura, Ebro, Ribera, Torrente, Fuentes…
-Apellidos de nombres referentes al relieve y composición del terreno: Sierra, Serrano, Monte, Valle, Cueva, Peña, Roca, Vega…
 -Apellidos procedentes de nombres referentes a la vegetación:
Encina, Pino, Manzano…

4.      Patronímicos
Existe un grupo de apellidos que tienen origen patronímico, es decir, que derivan de nombres propios. Puede tratarse bien del nombre del padre, bien del nombre del señor o patrón. Habitualmente se suele incluir únicamente en este grupo a los conocidos apellidos con terminación en –ez, indicativo de filiación, como Fernández, Hernández, Rodríguez, Martínez,  Pérez o Muñoz. Por otro lado debemos mencionar también a aquellos apellidos que no son sino la mera reproducción de un nombre de bautismo, como Felipe, Andrés, García o Pedro.
Dentro de este grupo podemos destacar, por ejemplo, un apellido aragonés, como es el caso de Garcés. Apellido patronímico muy común en Navarra y Aragón, que significa hijo de García.
Este grupo de apellidos son los más comunes en España y en el ámbito hispano. Los que derivan del nombre del padre mediante contienen las terminaciones -ez, -oz, -iz y -az. También podemos señalar a la terminación germánica –iks. Asimismo son habituales tanto en Galicia como en Portugal los que utilizan la terminación -es, En Balerres, Valencia y Cataluña -is, en el País Vasco -iz  y en Asturias -i. Por ejemplo, del nombre Lope deriva López, el apellido catalán correspondiente es Llopis, y el portugués Lopes. Otro ejemplo, de Menendo o Melendo derivan las formas Menéndez y Meléndez, y en Asturias Melendi, de la forma gallego-portuguesa Mendo derivan a su vez Méndez y Mendes.
Otros apellidos patronímicos no sufrieron transformaciones y, simplemente existen como el nombre que los originó. En algunos casos ha caído en desuso, como pueden ser: Alonso, Bernabé, Bernal, García, Juan, Martín, Vicente o Simón. Por otro lado, cabe mencionar aquellos apellidos patronímicos que se forman precedidos por sintagma preposicional: Del Frade (‘hijo del fraile’), Del Greco (‘hijo del griego’), De los Reyes…

5.      Procedentes de gentilicios
Otra categorización de los apellidos, directamente relacionados con los apellidos toponímicos, son los apellidos procedentes de los gentilicios. Son aquellos apellidos que nos indican su origen geográfico, nombres de países y regiones, ciudades o pueblos, especialmente en sentido étnico. Por ejemplo: Navarro, España, Catalán, Aragonés, Francés, Gascón, Soriano, Almagro  
     
6.      De origen incierto o desconocido
No hay pocos apellidos de los cuales es difícil conocer el origen o significado, ya que muchos de ellos son de épocas muy antiguas. Hay algunos que podemos clasificar dentro de los grupos nombrados. Sin embargo desconocemos su origen.

7.      Apellidos descriptivos
Son aquellos que proceden de una descripción física o moral, o algún apodo de persona o familia asociada al apellido. Ejemplos de estos son Manso, Moreno...

8.      De plantas y animales
Suelen ser una referencia encubierta al oficio. Ejemplo de estos son Cordera o Buey.

9.      Origen judío
A pesar de que los judíos a ocuparon mucho tiempo la península este tipo de apellidos no son abundantes, ya que muchos de los judíos que vivían en España antes de la expulsión ya tenían apellido hispánico y después de la expulsión cambiaron sus nombres hebreos por nombres cristianos. Ejemplos de estos son Leví o Cohen.

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